¿Quieres saber cómo mezclar el mortero like a boss?
A veces, las tareas DIY en casa pasan a ser palabras mayores. Como la construcción de una pared, una chimenea o cualquier tipo de tapiado. Es entonces cuando necesitas dominar una técnica sagrada de la albañilería: la mezcla de mortero. Y es que, si quieres crear un material de gran solidez y sujeción para levantar muros de ladrillo, bloques de hormigón, celosías, bloques translúcidos… El mortero es tu opción. Se trata de una argamasa de cemento mezclado con arena y agua, uno de los aglomerados más resistentes y estables en albañilería.
¿Qué necesitas para mezclar un mortero?
-Una carretilla
-Una pala
-Un recipiente para medir (un cubo sirve)
-Un saco de cemento
-Arena para cemento
-Agua Proporciones Las proporciones “divinas” cambiarán según el gusto de cada profesional o el tipo de cemento que estemos empleando (consulta siempre el paquete para salir de dudas), pero aquí va una ley más o menos universal:
4 partes de arena + 1 parte de cemento gris + 1 parte de agua
Utiliza el cubo para medir los ingredientes por volumen (y no por peso).
¡A mezclar! Esto tiene un punto de cocina –y es igual de divertido-, ya lo verás. Eso sí, elige primero dónde quieres preparar la mezcla:
¿En el suelo? Protégelo entonces con varios cartones o una lona grande y hermética (sigue el espíritu de Dexter)
¿En la carretilla? Buena elección, así podrás ir trasladando la mezcla cómodamente. Ahora, dispón la arena en forma de montaña y añade el cemento encima. Ahora remueve con la pala hasta que quede todo lo uniforme posible. ¿El tono es homogéneo? Bien: toca agujerear. Como cuando hacías castillos en la playa, crea un hueco en el centro del montón, y ve vertiendo el agua de forma gradual, batiendo la mezcla al mismo tiempo. Con mimo. Si estás haciendo una gran cantidad, usa la pala para remover. Si se trata de un poco para rematar algún trabajo o superficie, utiliza una paleta. Ve haciendo que la mezcla caiga despacio desde el exterior al agujero. Si ves que la arena es muy seca y la mezcla queda dura y demasiado pastosa, añade poco a poco más agua hasta que el material resulte untuoso y modelable. Pero cuidado, un exceso de agua debilitará la mezcla.
¿Cuándo está lista la mezcla de un mortero?
Aquí va un truco de albañil profesional: coge, con la paleta, una pequeña cantidad. Ahora dale la vuelta para que la mezcla quede boca abajo. Si se queda pegada a la paleta, es que está en su punto óptimo.
¿Ya se puede aplicar?
Aún no. Deja que repose unos pocos minutos para que adquiera consistencia. Y tras el reposo, refréscala un poco pasando la pala o la paleta por la mezcla con movimientos ondulantes. Fíjate en cómo reaccione: las ondas de la superficie no deben deshacerse ni hundirse. AHORA ya puedes aplicarla. Ten en cuenta que su periodo de uso aproximado es de 1 hora (dependiendo de las condiciones atmosféricas). Presta atención a la evolución de su aspecto: una vez haya empezado a fraguar el mortero, ya no podrás volver a batirlo ni usarlo. En cuanto al tiempo de secado, dependerá del grosor de la obra y, de nuevo, del ambiente reinante (sol directo, calor, humedad…). ¿Verdad que es sencillo? Ya puedes practicar hasta dominar uno de los grandes mitos y convertirte en todo un albañil profesional.
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